Fui la mejor escuchándole cuando ella no lo hizo, fui la
mejor ayudándola a que supiese superar sus problemas, fui la mejor obligándole
a salir adelante cuando su mundo se derrumbaba, fui la mejor demostrándoles
que valían más de lo que ellos mismos creían.
Podemos ser los mejores en un momento puntual, en una
situación determinada, con una persona en concreto. Pero no debemos afirmar
rotundamente algo en lo que seamos los mejores, no porque estemos seguros de
que no lo seamos, sino porque no estamos seguros de serlo. Ser mejor, ¿mejor
que quién?, ¿mejor que toda la humanidad?, ¿acaso soy capaz de compararme con
toda la humanidad? No, yo no. No soy capaz. Puedo decir que Monet fue el mejor
impresionista, que Hume fue el mejor empirista, y que Shakespeare fue el mejor
dramaturgo, pero no puedo decir nada en lo que yo sea la mejor.
Cuando me haya comparado con cada persona que ha formado
parte de este mundo podré decir qué es aquello en lo que soy la mejor. Entonces
buscaré este documento, subiré al primer párrafo y volveré a redactarlo. Hasta
entonces tendré que conformarme comparándome con la gente que realmente he
llegado a conocer. Podré decir que dibujando soy la mejor de mi casa, que
actuando soy la mejor de mi cuadrilla,
que tomando fotografías soy la mejor de la que hasta ahora había sido mi clase.
Me gusta creer que soy la mejor comprendiendo a los demás, que puedo llegar a
ser la mejor ayudándoles.
No sé si será por
humildad o pesimismo que nunca vaya a ser capaz de considerarme la
mejor. Pero sinceramente, esta no es algo a lo que de demasiada importancia,
creo que no es cuestión de ser “la mejor”, sino de ser mejor que uno mismo cada
día.
Habrá quien considere terriblemente pesimista esto de no
encontrar algo en lo que nadie te supere. No tiene por qué ser cierto, no me
considero una persona pesimista, realista tal vez. Basta darle la vuelta a la
situación para darnos cuenta de que no ser la mejor en nada supone no ser la
peor en nada. Podemos ser los mejores en algo negativo que automáticamente nos
convierta en los peores en algo positivo, ¿acaso nos alegraríamos de ser los
mejores humillando, estafando, devastando…?
Como dijo aquel joven músico, Kurt Cobain, “prefiero ser el
peor de los mejores que el mejor de los peores”. Llegar a ser la mejor haciendo
lo que sea necesario, sin preocuparme por nada ni por nadie, no me convertiría en la mejor. Prefiero
esforzarme en mejorar aquello que me aporte felicidad, aficiones como el
teatro, el cine o la fotografía, aun conociendo la infinita improbabilidad de
llegar a ser la mejor.