02 octubre, 2012

Into Eternity


El pasado lunes arrancó la decimotercera edición del Festival de Cine de Pamplona, tras la inauguración realizada dos días antes, en la cual se estrenó la última película de Luis Arellano y Carlos Maldonado, “Memorandum”.
Este festival se celebra desde que Iñaki y Javier Sarasola realizaron, en el año 2000, el primer concurso de cortometrajes nacionales de ficción desarrollado en la capital navarra. Esta edición tan solo contaba con una sección, Alternatif. Ahora cuenta con 6 diferentes, cada una de ellas dirigida a concursos o muestras, con público diferente y variado, con un programa donde encontramos desde proyecciones adaptadas a discapacitados hasta películas educativas.
En la cuarta edición del festival se creó la sección Valor Visual, destinada a las ONG y la proyección de sus documentales, un debate abierto donde tratar problemáticas globales, un nexo de unión entre el cine y los colectivos sociales. El XIII Festival de Cine de Pamplona ha contado en esta sección con documentales de origen danés, estadounidense, egipcio, mexicano y zimbabuense. Estos se han proyectado gratuitamente a las 19:30 h en el Civivox Iturrama.

Los organizadores presentaron el primer documental, “Into Eternity”, del director danés Michael Madsen. con medio aforo ocupado, unas 50 personas, mayoritariamente estudiantes y jubilados.  A continuación proyectaron los 75 minutos del filme danés. La acción transcurre en Finlandia, donde está teniendo lugar la construcción del primer cementerio nuclear, a través de un sistema de túneles subterráneos excavados en la roca.
Centrales nucleares de todo el mundo producen cada día enormes cantidades de residuos altamente radiactivos. Estos pasan a colocarse en un almacenamiento intermedio, donde son vulnerables a los desastres naturales o efectos provocados por el hombre.“Into Eternity” narra los problemas de seguridad a largo plazo en la producción de  esta energía. La película está ambientada en Onkalo (“escondite”), el primer lugar de almacenamiento permanente para los residuos nucleares. 
Pero no solo Finlandia produce estos residuos, todos los países con instalaciones nucleares deben  lidiar con los desechos  por lo menos durante 100.000 años, tiempo requerido para para evitar el peligro de la radioactividad. Con el desastre de Fukushima, Japón tiene residuos nucleares  adicionales. Onkalo es una instalación subterránea, pero Fukushima está por encima del suelo, expuesta a los fenómenos naturales, los desastres de la guerra y la crisis económica. Los reactores, que sufrieron colapso total o parcial, necesitarán estar permanentemente controlados y mantenidos durante miles de años.
El documental muestra cómo, una vez que almacenados los residuos, el depósito debe ser sellado para no volver a abrirse nunca, o eso esperan sus constructores. Pero, sin embargo, esto es algo que no pueden asegurar, y a lo largo de la película una voz en off se encarga de plantear una serie de dudas: ¿Cómo es posible advertir a nuestros descendientes de los residuos mortales que dejamos atrás? ¿Qué idiomas y señales van a entender? Y si lo entienden, ¿respetarán nuestras instrucciones?
Mientras las máquinas continúan excavando en la oscuridad de la roca, los expertos buscan una solución para el peligro que suponen estos residuos.

(Patricia Rodríguez Aranguren, crónica de un festival de cine)